Una de las preguntas más recurrentes en el sector de la economía digital es “¿por qué tengo que estar en las redes sociales?”. No existe una única repuesta. Los beneficios son múltiples para nuestra estrategia digital de negocio, Joana Sánchez, desarrolla el tema en el e-book Transformación e innovación digital.
Si abordamos esta cuestión sólo desde el punto de vista de la reputación online, la respuesta, a tan formulada pregunta, está en los 10 primeros resultados de Google. Por poner un ejemplo, fijémonos en algunos de los principales cargos de las empresas del Ibex35. Concretamente en Ignacio Martín, presidente de Gamesa. Realizamos una búsqueda en Google, evitando incluir “Gamesa”, ya que la relevancia de Ignacio Martín nos invita a deducir que obtendremos una lista de resultados amplia, que colme nuestra sed de información.
Y los resultados no sólo no responden a nuestras expectativas, sino que además son confusos.
La primera referencia que nos devuelve Google corresponde al perfil de Ignacio Martín Goenaga (jugador de rugby) en la Wikipedia. Como usuarios, espontáneamente seleccionamos este enlace, ya que interpretamos que el presidente de una de las empresas del Ibex35 tendrá como mínimo un perfil en esta reputada plataforma. Pues no es así.
De las 6 primeras referencias, sólo una, la tercera, responde al perfil del presidente de Gamesa y nos ofrece un enlace al currículum descargable de Ignacio Martín, publicado en la página de la multinacional. Tendremos que conformarnos con esta breve referencia. Muy mejorable, por cierto. Un currículum online debería aportar hipervínculos a artículos, obras o casos de estudio, perfiles en las redes sociales y referencias en canales digitales.
Seguir el ejemplo de Ignacio Martín Goenaga, el deportista, aportaría mucho valor a los presidentes y CEOs del Ibex 35. La Wikipedia es una fuente reputada y actualizada de conocimiento (a pesar de sus detractores), aparece en los primeros resultados de búsqueda de Google y ayuda a posicionar en los buscadores los canales digitales que hallan sido referenciados.
Sin dejar la Wikipedia y a día de hoy, tampoco tienen perfil los presidentes de las empresas del Ibex 35: Luis Maroto (Amadeus), Gonzalo Urquijo (Arcelormittal), Pedro Guerrero (Bankinter), Antonio Zoido (BME), Víctor Grífols (Grífols), Javier Monzón (Indra), Manuel Manrique (SACYR), José Domingo de Ampuero (VISCOFAN) y Ana María Llopis (DIA). Aunque en el caso de Ana María Llopis, su ausencia de la Wikipedia puede considerarse anecdótica, dada su activa presencia en las principales redes sociales (Twitter, YouTube, blog, SlideShare, etc.).
Contribuir a experiencias de navegación positivas debería ser una de las máximas de cualquier creador de contenido en la red, pero también de las instituciones y personajes de relevancia pública.
Construyendo la identidad digital
La identidad digital es una oportunidad para compartir nuestros valores como profesionales y como miembros de una organización. Jamás habíamos tenido a nuestro alcance tantas herramientas para la gestión de la reputación online: LinkedIn, Twitter, Google+, YouTube,… sin olvidar la ya tan mencionada Wikipedia.
Construir la identidad digital es, en el caso de CEOs y presidentes, de especial relevancia para la estrategia digital personal y de negocio. Hay interés en conocer quiénes son, qué hacen y de dónde proceden. Sólo tenemos que buscar en Google Trends el volumen de búsquedas mensuales, por ejemplo, de Ángel Ron, presidente del Banco Popular Español, y de Felipe Benjumea, presidente ejecutivo de Abengoa.
Es evidente. Hay interés. Se les busca en Internet. Entonces, ¿por qué no hay una respuesta activa por parte de los principales CEOs y presidentes del Ibex35?
Démosle la vuelta. Si hasta ahora, hemos puesto hincapié en los perjuicios o dificultades con los que un usuario de Internet se enfrenta cuando busca información de relevancia y no la encuentra, ¿qué aportan los perfiles en canales digitales y redes sociales a la reputación digital de los negocios y de los profesionales?
1.- Nuestros canales son los primeros que aparecen en los resultados de búsqueda en Google, habitualmente. Por concordancia de resultados, los canales personales se posicionaran en primer lugar en las búsquedas, por delante de otras referencias cuyo contenido queda al margen de nuestro control.
2.- Gestión y control sobre el contenido publicado. Disponer de canales propios nos permite decidir qué contenido queremos publicar, cómo queremos presentarnos y qué valores queremos transmitir. Tenemos la oportunidad de poner énfasis en los aspectos de mayor interés para nuestra proyección personal y profesional.
3.- Visibilidad como profesional y como organización. Ampliación del número de referencias que nos mencionan.
4.- Tráfico a canales digitales propios y corporativos. Todos los perfiles sociales permiten incluir enlaces. Es, por lo tanto, una oportunidad para dirigir visitas a la web corporativa, a nuestro blog, al resto de perfiles sociales o a artículos de referencia que complementen nuestra experiencia y conocimientos.
5.- Prevención ante posibles crisis de reputación online (SEO). En nuestra estrategia digital, disponer de canales propios reputados que se posicionen en la primera página de resultados puede suavizar algunas crisis de reputación digital.
Ponemos de nuevo un ejemplo relacionado con el Ibex35. En Google, buscamos Ana María Llopis, presidenta de DIA. Estos son los resultados:
De los 7 primeros resultados que nos ofrece Google, 4 corresponden a perfiles en redes sociales (Twitter, LinkedIn, SlideShare y Facebook); una, a su propio blog; otra, a su biografía como CEO en la iniciativa ideas4all; y, finalmente, una referencia a una entrevista en El Periódico.
En el caso que Ana María Llopis se viera envuelta en una crisis de reputación online, los comentarios y referencias negativas tendrían más dificultad de posicionarse en los primeros resultados de las búsquedas de Google. Y aunque las menciones negativas alcanzaran la primera página de los buscadores, Llopis tendría sus propios perfiles y canales bien posicionados para contrarrestar las menciones negativas. Pero eso, es otra historia…