Mejorar la reputación online de profesionales y organizaciones es laborioso, pero no es ni complicado ni imposible. O al menos, no más que la organización de una cena con amigos en casa. En estos encuentros, nos empleamos en mostrar nuestra mejor cara: todo limpio y en orden, vestidos con nuestras mejoras galas y derrochando simpatía y cordialidad, o al menos lo intentamos. Y eso.. que son un grupo de amigos quienes por su propia idiosincrasia son más permisivos con nuestras imperfecciones…
Si somos tan cuidadosos con los conocidos, ¿por qué no hacemos lo propio con los millones de usuarios de Internet (desconocidos en su mayoría) que pueden visitar nuestros perfiles en los canales digitales? A diferencia de los eventos offline, las visitas a nuestros perfiles digitales llegan sin avisar, a cualquier hora del día, algunas se van sin dejar ni rastro y ni siquiera tenemos la oportunidad de disculparnos por las incongruencias que podamos estar mostrando.
Los perfiles en redes sociales y canales digitales son el primer eslabón en la construcción de nuestra reputación online y, en consecuencia, de la reputación de nuestro negocio o de la organización a la que representamos. Ya nos hemos referido, en alguna ocasión, a los efectos sobre la reputación digital que produce la ausencia en redes y canales digitales, sobre todo en el caso de CEOs y principales cargos de las empresas del Ibex35.
Es bastante probable que, en un momento u otro, un usuario precise informarse sobre la biografía o cargo que ocupa o ha ocupado un alto directivo. Facilitar el acceso a esta información evita confusiones e incrementa la visibilidad no sólo del profesional, sino también de la organización que lidera.
Los 2 canales imprescindibles para todo CEO
En la escala de esfuerzo digital, diferenciamos los dos canales que requieren una menor inversión de mantenimiento: la Wikipedia y LinkedIn. En contraposición al resto de canales digitales no implican necesariamente la publicación de artículos. menor de los esfuerzos requeridos es la actualización biográfica y profesional.
Aunque es recomendable tener una actitud participativa en las redes sociales, podemos empezar a construir nuestra identidad digital simplemente disponiendo de un perfil propio y actualizado en la Wikipedia y en LinkedIn, sin necesidad de publicar artículos ni establecer relaciones con otros profesionales.
Los CEOs y altos directivos de las empresas del Ibex35 tienen no sólo una presencia escasa en ambas redes, sino también en algunos casos, incompleta e insuficiente. Veamos qué beneficios para la reputación digital aporta disponer de perfil personal en la Wikipedia y en LinkedIn.
1.- Su mantenimiento es sencillo. Basta con la actualización de cargos y experiencias profesionales. Si analizamos los principales cargos de las empresas del Ibex35, localizamos, por ejemplo, el perfil en LinkedIn de Íñigo Meirás, CEO de Ferrovial, que aporta una información completa (mínima, pero suficiente) sobre su trayectoria profesional.
No podemos decir lo mismo del perfil de José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia desde mayo de 2012. La única información profesional que consta en LinkedIn es la de ex-consejero delegado en BBVA.
O incluso de Alejandro Echevarría, presidente de Mediaset España, o del posible perfil en LinkedIn de Antonio Brufau, presidente de Repsol.
2.- Aportan visibilidad profesional. Ante cualquier búsqueda en Google, tanto LinkedIn como la Wikipedia aparecen entre los primeros resultados del buscador. Por ejemplo, si buscamos a José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, en Google, vemos que el primer resultado es su perfil en la Wikipedia.
3.- Son una fuente de tráfico a los canales corporativos o personales. Con diferencias entre las posibilidades que ofrece cada plataforma, tanto la Wikipedia como LinkedIn permiten incorporar enlaces a otros soportes digitales, como a la web de nuestra organización o a un blog personal. Además, y dada su reputación, las visitas procedentes de ambos canales contribuyen al posicionamiento del resto de nuestro ecosistema digital. Por ejemplo, Ana María Llopis, presidenta de DIA, en su perfil en LinkedIn, incluye enlaces a webs y blogs propios.
4.- Son una potente herramienta de reputación online. La Wikipedia es la enciclopedia digital por excelencia y, a pesar de sus detractores, es una fuente de consulta ampliamente aceptada. Según la misma Wikipedia, la versión española recibe cada día 31 millones de visitas (enero de 2015).
5.- Son canales propios que están bajo nuestro control y, por tanto, permiten poner a disposición de los internautas la información y los enlaces de referencia que consideremos relevantes. Para evitar posibles modificaciones del texto que introducimos en la Wikipedia (un equipo de editores revisa el contenido), únicamente debemos seguir las recomendaciones que ofrece la plataforma. Por ejemplo, elperfil de la Wikipedia de Francisco González Rodríguez, presidente del BBVA, reseña las pinceladas básicas de su biografía sin dar pie a lecturas e interpretaciones subjetivas.
6.- Facilitan la localización de la información y evitan confusiones. Sobre todo si optamos por abrir perfiles que incorporen los dos apellidos y permitan localizarnos sin dudas. Por ejemplo, y a pesar de no ser un apellido muy común, si buscamos en LinkedIn Antonio Zoido, presidente y CEO de Bolsas y Mercados Españoles (BME), aparecen cuatro resultados que responden al mismo nombre. Conociendo el puesto que ocupa, deberíamos localizarle fácilmente… (no es el caso).
Es posible que Antonio Zoido, como la mayor parte de altos cargos de las principales empresas españolas, tampoco tenga perfil en LinkedIn, como no lo tiene ni en la Wikipedia ni, evidentemente, en el resto de redes sociales que requieren un mayor esfuerzo de mantenimiento.
Además de los beneficios personales que aporta la construcción de la identidad digital, sería interesante que los CEOs y directivos de las empresas del Ibex35 dieran ejemplo liderando, aunque fuera con pequeños pasos, la transformación digital de los negocios y de las organizaciones.